Sin duda mi región favorita del territorio Nicaragüense; esto debido a que desde pequeña me llevaban de vacaciones por estos rumbos; en caminos de tierra, rodeados de cerros y con ese olor a pino y tierra húmeda característicos de la zona.
Las Segovias se le denominan a la región que comprenden los departamentos de Nueva Segovia, Estelí y Madriz.
En esta ocasión me referiré un poco al Departamento de Nueva Segovia y solo algunos de sus municipios, donde encontraremos interesantes atractivos naturales y culturales.
Nueva Segovia
Dipilto: Éste municipio es muy conocido por su producción de café de alta calidad, elaboración de productos artesanales de hojas de pino; y un nuevo aporte a la economía es el turismo rural, desarrollado mayormente en las haciendas cafetaleras.
El Jícaro: Localizamos las aguas termales Germán Pomares y la mina de San Albino (valor histórico: punto de partida del General Sandino a inicios de su lucha).
En todas partes se pueden observar árboles de donde cuelgan unos frutos redondos, grandes y verdes, que al secarse se endurecen y de éstos sacan el material para hacer utensilios de cocina. Éste fruto se llama jícaro, de ahí el nombre del municipio.
El pueblito de El Jícaro lo recuerdo muy especialmente, ya que aquí era donde pasé muchas temporadas decembrinas con mi familia paterna (éramos una “marimba de cipotes”); llegábamos a atiborrar la casa de la abuela, a bañarnos en el rio, a ver cómo nos salía “humito” de la boca por las mañanas, a comprar “posicles o charamuscas”; a escuchar los cuentos de espantos y las historias de guerra, sobre todo las del abuelo, que nunca conocimos, y su lucha por una Nicaragua Libre y Soberana; en fin, a vivir la vida de pueblo por unos cuantos días.
Jalapa: Se caracteriza por sus caseríos de adobe y tejas; aquí se localiza el Cerro de Jesús donde podemos encontrar fauna y flora exótica y algunas caídas de agua. Igualmente el conocido Salto del Escambray y la posa de aguas termales La Vuelta del Pedo que se encuentra en una finca perteneciente a una familia campesina.
Macuelizo: Termales del Rio Macuelizo.
Mozonte: Artesanía de barro de gran calidad, vista panorámica en la Loma Santa.
Murra: Pueblito enclavado en un valle rodeado por montañas, Salto de El Rosario o Salto de la Selva Morena (podría ser la cascada más ancha del país).
Recuerdo vagamente haber estado en este pequeño pueblito semidesértico; con mucha historia para mi familia, sobre todo porque ahí nació mi papá.
Ocotal: Cabecera departamental o capital. Durante el día goza de gran movilidad comercial y por la noche se caracteriza por su gran tranquilidad.
Esta es otra de las ciudades que me recuerdan mi niñez; aunque ahora está más urbanizada, siempre me sigo acordando de aquel pueblo de calles de tierra, el cual adquiere su nombre por la abundancia de madera ocote y en donde disfrutaba de unas ricas rosquillas sopeadas en café recién molido.
Santa María: La Cueva del Duende, dibujos rupestres indígenas.
A mi regreso a Nicaragua estoy pensando hacer un recorrido de unos diez días, o lo que sea necesario, por la región segoviana; quizás siguiendo alguna ruta o descubriendo mi propio destino; recordando viejas andanzas y revolucionando las nuevas.